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Relocalización industrial
Cuando hablamos de relocalización industrial nos estamos refiriendo a como las empresas, que en los 90 movieron sus fábricas de producción a países en vías de desarrollo, vuelven a traer su cadena productiva a los países de origen. Este fenómeno empezó a darse en Estados Unidos, allá por el 2013, cuando el presidente Obama pidió a las empresas americanas que devolviesen la producción a su país aprovechando la impresión 3D. A día de hoy unas 300 empresas han relocalizado sus fábricas en Estados Unidos, empresas como Intel o Boing. No es diferente en España, donde empresas como Injusa también ha relocalizado toda su industria. Los motivos por los cuales se da este fenómeno ya los anticipó la consultora The Boston Consulting Group en su informe “Made in America, again”. A causa de la COVID-19 vemos como la escalada de relocalizaciones ha incrementado. Esto es debido a que las empresas quieren acercar la producción al consumidor final y así intentar luchar contra el efecto “cuello de botella” que actualmente sufren todas las economías a nivel mundial. La consecuencia de este efecto es clara. Durante muchos años los países “centro” se han aprovechado de los países “periferia” produciendo en ellos a un menor coste. A la que los trabajadores de estos países han empezado a incrementar sus derechos laborales los costes de producción han subido, hecho que desincentiva la deslocalización de la producción. Ya sabemos como va esto del capitalismo, no importan las personas importan los resultados. Estas relocalizaciones son moralmente cuestionables y el efecto económico que puede causar en los llamados países “periferia” pueden ser bastante devastadores.
Si los frutos del crecimiento económico no van a los trabajadores, ¿a dónde van?
La productividad mide cuánto del ingreso total en toda la economía se genera en una hora promedio de trabajo, a medida que la productividad crece, cada hora de trabajo genera más y más ingresos con el tiempo. Pero desde finales de los años ‘70, los responsables de la formulación de políticas comenzaron a desmantelar todas las políticas de protección que ayudaban a garantizar que los salarios típicos de los trabajadores crecieran con la productividad, es decir que los ingresos desde entonces van a todas partes, excepto al salario del 80% de los trabajadores. Entonces ¿a dónde van? A dos lugares, básicamente, a los salarios de empleados corporativos y profesionales altamente pagados y a los rendimientos para los accionistas y propietarios. Este trabajo del Economic Policy Institute lo explica a las mil maravillas.
La COVID-19 afecta, especialmente en la salud mental de la juventud.
La pandemia sanitaria que vivimos no solamente ha afectado en forma de virus. Otras patologías se han visto invisibilizadas por la saturación sanitaria (y las listas de espera que han aumentado) y la salud mental de la ciudadanía se ha visto claramente agravada, especialmente la de la juventud. Así lo demuestran los resultados de la “Encuesta Merck: La percepción de la salud de los europeos dos años después del inicio de la Covid-19”. Ansiedad, soledad, depresión, miedo e incertidumbre son sentimientos que especialmente los colectivos más jóvenes, han visto cómo aumentaban en el último año. Ya que a la situación sanitaria y las restricciones sociales les sumamos una crisis económica que se añade a la precariedad y temporalidad que afectan especialmente a esta generación.
Gráfica de El Periódico de España
La classe feminista: el vot de les dones als partits socialdemòcrates
En aquest interessantíssim article de Nerea Gándara en Agenda Pública, en col·laboració amb la Friederich Ebert Stiftung, ens explica la importància del vot femení i el rol que desenvolupen les dones, i el feminisme, en la composició del vot als partits socialdemòcrates. No deixis de llegir-lo!
Desromantizar la maternidad.
Si algo ha logrado el feminismo es que cada vez podamos hablar más de las cosas que nos suceden a las mujeres y que hasta ahora eran tabúes que ocultar para una misma o el entorno más privado. En este número queremos dar voz a tres aspectos distintos de la maternidad que hasta ahora parecía que no podíamos hablar de ellos.
La columna de Paula Bonet Mis sábanas sucias, en la que habla sobre el aborto y vientres de alquiler.
El ensayo El vientre vacío de Noemí López Trujillo en el que analizar la precarización de su generación y cómo ésta afecta a la maternidad.
El cómic de Marta Puig Lyona Madr¿eh? sobre las dificultades de la maternidad a los 40, endometrosis y la dureza de los tratamientos de fertilidad.
¿Qué pactamos? Políticas claves del nuevo pacto de gobierno alemán.
Tras largas semanas reuniéndose los diferentes equipos y grupos negociadores de los tres partidos que formaran el nuevo gobierno alemán, por fin han llegado a un acuerdo y el socialdemócrata Scholz será el nuevo canciller. Pero, ¿Qué han pactado? Pues vamos a explicarlo (brevemente):
El voto a los 16 años será una realidad en Alemania, sin duda, un hito muy relevante que puede funcionar de acelerador a medidas similares en otros países de la Unión.
Legalizar el cannabis de consumo recreativos en comercios con licencia.
Ayudar a que los extranjeros disfruten de la doble nacionalidad (alemana y país de origen).
Un importante paquete de leyes feministas para combatir el sexismo, promover la igualdad salarial y la conciliación, proteger la violencia de género y eliminar las restricciones para el aborto.
Alemania Queer: abordar la identidad de género y la vida queer.
Bye bye carbón para 2030 y aumentar la contribución de las energías renovables al suministro de electricidad de Alemania al 80%.
Gran pacto por la subida del salario mínimo y por las políticas de empleo juvenil y una reforma laboral de los mini jobs.
Esto es una parte del extenso acuerdo al que han llegado socialdemócratas, verdes y liberales alemanes. Más info aquí!
La demanda de transporte público sigue un 40% por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Primero por fue por miedo, luego por por seguridad y parece que todavía no nos hemos decidido a volver a usar el transporte público como lo hacíamos antes de la pandemia. Y pese a lanzar mensajes explicando que estos medios son seguros, ayudas para el transporte público local, parece que la ciudadanía sigue sin atreverse a escoger el transporte público. El teletrabajo y la falta de frecuencias en horas puntas (que causan masificaciones) no ayudan a fomentar el uso de estas alternativas, que son elementales para reducir las emisiones de CO2 y proteger nuestro aire (y con él, nuestra salud y la de nuestro entorno). Harán falta mejoras en el sistema de transporte público para que la crisis sanitaria no entorpezca la lucha contra la emergencia climática que vivimos.
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🎧 Un capítulo de podcast
Hasta aquí este mes de noviembre, esperamos que os haya gustado 😊
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